Pocas palabras quedan para describir lo que paso en El Bosque Platense. Una final que quedara grabada por muchos años a todas las personas que tuvieron la posibilidad de presenciar el partido, que sufrieron propios y extraños y que mostró mas que nunca que no esta muerto quien pelea y, como dijimos en este portal, Gimnasia iba a pelearla.
El comienzo del partido mostró al equipo platense desesperado, con una línea de cuatro en la que sus la laterales se sumaban a la línea de mediocampistas, dejando asi mano a mano a sus centrales, siendo Esteban González quien retrocedía para dar una mano.
En ofensiva, Gimnasia busco atacar por los costados, tanto por derecha con Ormeño (fue un tractor por su zona) como por izquierda, con Romero recostándose sobre ese lado y un Cuevas intratable con su gambeta corta. El lobo sabia que eran claves los primeros 20 minutos, asi también Rafaela quien, con su solidez defensiva como estandarte, espero a su rival tratando de golpearlo solo cuando encontraba los espacios.
Como era esperado en un partido de esta índole, prevaleció por sobre todas las cosas el nerviosismo y las situaciones de gol fueron excasas, de Alonso por el lado del tripero, inteligente para buscar los espacios pero impreciso en la definición, y de Serrano y Zbrum por el lado de Atlético, ambos bien contenidos por Sessa.
Al segundo tiempo le sobraron análisis tácticos. Gimnasia salia a encarar el complemento con más ímpetu que ideas, intentado sumar gente en ofensiva para ver si podía lograr lo que hasta el momento parecía impensado. Llegada la mitad del segundo tiempo, Leonardo Madelon movió el banco e hizo ingresar a Roberto Sosa y Franco Niell.
El ingreso del Pampa, estando lejísimos de su plenitud, fue un golpe anímico y futbolístico, haciendo buena sociedad con Alonso, le dieron el peso ofensivo que su equipo necesitaba. Esta buena sociedad de centrodelanteros tuvo sus frutos cuando, a los 27 minutos, un centro del Pampa y una floja respuesta de Capogrosso (condicionada por la pifia del defensor) le dejaron servido el gol al uruguayo para que la ilusión de quedarse en Primera comience a renacer.
Atlético de Rafaela quedo desconcertado, su solidez defensiva ya no era tal y el desorden táctico de Gimnasia por ir a buscar el partido por arrastre hizo que tuviese que poner mucha gente en defensa, que nada le garantiza que sea efectivo.
A los 40 minutos, en una jugada aislada, un golpe innecesario de Sosa a Menghi provoco su expulsión. Asi todo, con un hombre menos, Gimnasia no tiro la toalla y siguió en su lucha, con un sacrificio enorme de sus jugadores y con un Cuevas que a esta altura, estaba indescifrable. Este mismo fue quien, a los 43 minutos, tiro un centro perfecto a la espalda de los defensores rafaelinos y Niell, uno de los delanteros más bajos de nuestro fútbol, conecto de cabeza para dejar al lobo en la puerta de la salvación.
Asi, Rafaela, el que tenia el partido controlado, paso a quedar como un boxeador a punto del KO al que solo le faltaba un golpe para caer en la lona, golpe que llegaría a los 45 minutos, tras otra gran jugada de Cuevas y un nuevo cabezazo de Niell.
Los seis minutos del descuento fueron todo aguante y sufrimiento del lobo hasta que llego el momento del pitazo final, que dejo como saldo a un gran equipo en primera y a otro gran equipo en la puerta pero que, sin dudas, de mantener esta línea tendrá una nueva oportunidad.
Figura: Juan Cuevas
Gigantesco el chiquitito, fue una pesadilla para los defensores de Atlético con su movilidad por izquierda y sus constantes gambetas, sumándole además un gran sacrificio para correr todo el partido a la misma intensidad. Gran parte de la salvación de Gimnasia se la debe Cuevas.
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